jueves, 28 de febrero de 2013

Entrevista John Reed a Lenin

John Reed.- Hola, buenas. Soy John Reed. ¿Me podría conceder unos minutos para realizarle una entrevista?
Lenin.- Por supuesto, siéntese…
J.R.- Gracias.
L.- ¿Qué quiere saber?
J.R.- En primer lugar, ¿cómo empezó todo?
L.- Bueno, digamos que todo empezó  tras la derrota en la Guerra  ruso-japonesa, donde la población de Rusia, sumida en una fuerte crisis, se reveló.  Esta fue la Revolución de 1905, la primera.
J.R.- ¿Qué consiguieron?
L.- Nicolás II se vio obligado a crear la Duma.
J.R.- Y señor Lenin… después de que le desterraran a Serbia, ¿no tuvo miedo a que le volviera a pasar algo similar?
L.- No, para nada. Volvería a hacerlo mil veces, si no, nunca hubiéramos llegado hasta aquí.
J.R.- No hay duda… Usted volvió entonces de aquel exilio y estuvo presente en la revolución, pero después volvió a abandonar el país, ¿Cuáles fueron sus motivos?
L.- Creo que aún no había llegado el momento… Yo estaba seguro de que tarde o temprano lo conseguiríamos, pero me faltaron apoyos.
J.R.- Apoyos que tampoco tuvo de los mencheviques.
L.- No, se ha visto que entre nosotros, los bolcheviques, y los mencheviques nunca hemos podido llegar a un acuerdo. Y finalmente en la Conferencia de Praga los expulsamos definitivamente de nuestro partido.
J.R.- Tuvo bastante tiempo para escribir ‘Las Tesis de Abril’, ¿se podría decir que es una mezcla de los pensamientos de Marx y Bakunin?
L.- Los de Marx van mucho más encaminados a lo que yo quiero, ya que yo estoy a favor del socialismo y mi objetivo a largo plazo es acabar con el capitalismo…
J.R.- De acuerdo, vamos un poco a lo ocurrido en estos últimos años. ¿Qué te pareció que Rusia, junto a la Entente, luchara en la Gran Guerra contra el bando de Guillermo II?
L.- Pues no me gustó nada, evidentemente. Trajo hambruna y desgracia para Rusia. En mi opinión permanecer neutrales habría sido muy beneficioso. Pero Nicolás II tenía unos pésimos conocimientos para gobernar y encima se dejaba llevar por los consejos de Rasputín. Ellos fueron los culpables de traer la devastación durante la guerra.

J.R.- ¿Y sintió alivio cuando la revolución de febrero de 1917 consiguió que el Zar abdicara?
L.- Si, pero no por mucho tiempo… Los sóviets y el ejército habían conseguido que Nicolás II abdicara, y entonces ahí se hizo el Gobierno Provisional liderado por Kerensky, que fue apoyado al principio por ellos y por Stalin. Yo siempre rechacé esa idea, ya que además de  salir de la guerra, lo justo para Rusia era una dictadura del proletariado, como la que estamos consiguiendo.
J.R.- ¿Tras esta Toma del Palacio de Invierno es eso en lo que estáis trabajando? ¿En hacer la primera dictadura del proletariado en todo el mundo?
L.- Si. Y también estamos en vías de negociación para firmar de una vez con Alemania, pronto el pueblo Ruso notará la mejora…
J.R.- Señor Lenin… ¿Teme a la Iglesia Ortodoxa?
L.- En absoluto. Sé que están bastante molestos, como las clases altas, pero no les tenemos miedo.  Y si ocurriera algo algún día, sin duda junto con mi amigo Trosky y el pueblo fiel de Rusia lograríamos solucionarlo.
J.R.- Totalmente de acuerdo. Y sintiéndolo mucho es hora de irme. Antes agradecerle su atención y mostrarle mis más sinceros apoyos…
L.- Ha sido un placer, ¡y le doy gracias a usted por querer llevar esta historia más allá de nuestras fronteras!

FIN.

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