Querida Maggie, te escribo esta
carta ya que, el empresario de la industria nos ha dejado a los obreros de mi
sección un pequeño tiempo de descanso.
Aprovecho para contarte un poco
como está la situación por aquí. Es muy diferente a la vida en el campo, es
mucho mas ajetreada, muy agobiante, por las mañanas nada mas ves a obreros corriendo para llegar
a su puesto de trabajo, donde les espera el capataz para ver si han sido
puntuales, mas les vale serlo porque si no tendrían algunos problemas.
Mi trabajo en la fábrica de
electricidad es apretar tuercas, supongo que complementadas con otras piezas
dan electricidad a las ciudades cercanas.
Los sindicatos están preparando
una manifestación en contra de la tiranía de los burgueses, propietarios de la
fábrica, ya que se nos exige demasiada productividad por poco salario, nos
hubiera gustado hacer una huelga pero esta está prohibida, y de haberla
convocado hubiéramos tenido problemas con la policía.
Cada vez veo más automóviles
cuando salgo del trabajo, supongo que el capitalismo va en aumento día a día.
Me gustaría no haber tenido que
llegar al punto del éxodo rural, pero la introducción de las maquinas en nuestra
vida no me ha dejado más remedio, tú también deberías plantearte venirte
conmigo a la ciudad, poco a poco los jornaleros desaparecerán por consecuencia
de las maquinas y no tendrás dinero para vivir, creo que deberíamos de irnos a
América en busca de una vida mejor, más prospera y productiva. Tengo que irme
ya a trabajar, espero vernos pronto y que estés bien.
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