Londres, a quince de abril de 1896.
Querida Maggie:
¿Cómo estas mi querida Maggie?, espero que hayas recibido el sobre con el dinero. Tengo muchísimas ganas de verte, ya que gracias a tus cartas he podido sobrevivir mejor a estos tiempos modernos.
Esta época de revolución agrícola, ha hecho que nos separemos, ¡estoy muy desconcertado!, cada día hay más máquinas, y se habla de un “éxodo rural”, y es verdad, cada día llegan cientos de obreros a las ciudades, dejando atrás a sus familias.
Ya estoy instalado en la ciudad, estoy en un barrio obrero, donde hace mucho frío y falta carbón para calentar las casas. Empecé a trabajar en una fábrica de automóviles, donde comienzo la jornada laboral desde las 6 de la mañana y termino a las 8 de la tarde, con sólo media hora para almorzar, aunque al menos el jornal que me pagan es un poco más que lo que ganaba trabajando en el campo; la maquinaria que utilizamos es muy compleja y se utiliza mucho la electricidad, yo no entiendo mucho pero como cualquier otro obrero necesito este trabajo para enviarte dinero.
En esta industria la productividad es lo más importante y nos encontramos sometidos todos los obreros en un “taylorismo”, que quiere decir, para que tú lo entiendas, que es cuando tanto el empresario como el capataz nos someten a mucha presión y constantemente nos vigilan sin dejarnos casi ni tiempo para comer. Todos los obreros sentimos que estos burgueses nos están tratando como si fuésemos jornaleros del campo. Y además nos hemos dado cuenta de que nos vigilan por si alguno estamos implicados en un espionaje industrial, es decir, por si estamos pasando información confidencial a otras fábricas, ya tú ves, como si tuviéramos tiempo libre.
En definitiva, este abuso del capitalismo, está atrayendo nuevos movimientos que son llamados: “socialistas” y “anarquistas” los cuales luchan por las mejoras de vida y trabajo de los obreros, bueno, eso es lo que dicen.
Últimamente hay mucha tensión entre empresarios y nosotros los obreros, esto está creando manifestaciones organizadas por los sindicatos obreros para defender nuestros intereses, pero como consecuencia nos obligan a ir a huelgas prohibidas, donde la policía no tiene piedad con nosotros, verdaderamente estoy pasando días muy angustiados.
Espero que estas huelgas pronto se puedan realizar sin miedo a que venga la policía hacia los manifestantes, para así poder llegar a obtener nuestra libertad y derechos laborales como ciudadanos y trabajadores respetables, pero bueno, ya te iré contando.
Sabes que me he enterado de que en Inglaterra el comercio ha dado lugar a muchos adelantos tecnológicos, que han hecho que ahora la navegación sea a vapor. ¡Ah! y sabes que hay una nueva fuente de energía mejor que el carbón, se llama “petróleo” y creen que será la que facilite el funcionamiento de las futuras máquinas, ¡qué locura!
Y también están elaborando un aparato que sirve para comunicarse a distancia, que no es escrito sino hablado, creo que se llama “teléfono”. Pero no creo que eso pueda ser posible, ¿te imaginas? ¿Un aparato con el que te comuniques a distancia y se oye tu voz por él? Seguro que no funciona.
Bueno cariño, espero que nos podamos ver lo antes posible y así poder contarte mejor como ha sido mi vida en la ciudad con más detalle, ya que como te he escrito en otras cartas, el trabajo me ocupa muchas horas, desde por la mañana hasta por la tarde y casi sin descanso, por eso te escribo por la noche durante una hora con poca luz para no molestar a los demás obreros.
Espero poder reunir dinero suficiente para poder irnos en el “SS Great Britain” es un barco a vapor que sale para E.E.U.U. dentro de tres meses; me han contado maravillas de ese país, hay muchas más fábricas y necesitan más mano de obra, incluso dan facilidades para instalarnos y poder así crear esa familia que tanto anhelamos.
Te deseo mucha suerte y que reces por mí para que las cosas cambien y vayan a mejor cada día hasta volver a vernos.
Atentamente tu amado, Charlot.
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