Lamento no haberte escrito antes, pero desde que llegue a la
ciudad y trabajaba en la industria mi
vida pasaba del trabajo a casa y de casa al trabajo. Tenía amplias jornadas de
trabajo y mi salario era escaso. Mi labor era muy monótona. Cada obrero tenía
una tarea. Yo apretaba tuercas con dos llaves inglesas, juntos con mis
compañeros que las martillaban, que pasaban por una máquina a una determinada
velocidad, por lo que no me podía distraer ni con una mosca. Además mi jefe siempre
estaba vigilándome en todos sitios y no tenía apenas descanso. Para aumenta la
productividad, a nosotros, los obreros, nos hacían trabajar más rápido y
llegaba un momento en el que se retrasaba el trabajo. Nos explotaban y ni
siquiera teníamos derecho a manifestarnos ni hacer huelgas, ya que está
prohibido. A los dueños de las empresas solo les interesa la producción. Trabajábamos
en condiciones precarias y hasta he visto trabajar a niños.
El servicio de ventas, ofreció a la empresa una máquina de
comer llamada velox, un práctico aparato que alimentaba a los obreros mientras trabajábamos,
y así nos suprimían el descanso del almuerzo, aumentaría la productividad y reduciría
el capítulo de gastos. La máquina tenía
un plato de sopa automático con emisor de aire incorporado para que no hiciera
falta soplar, otro plato con el brazo automático que empuja la comida y un eje
de doble articulación de soporte para mazorcas que permitía pasar de una
velocidad a otra con un solo toque de la lengua y por último una servilleta que
impedía que cayesen manchas en la
camisa. Hicieron una demostración conmigo,
que resulto ser un fracaso.
El trabajo era tan monótono, con tan poco descanso y tan
intenso que me estaba volviendo loco. La policía me perseguía, y mis compañeros
me intentaban tranquilizar, pero era imposible. Vinieron a buscarme para
llevarme en automóvil a un hospital y poder calmarme. El doctor me recomendó
que procurase estar tranquilo y que evitase las emociones fuertes.
Recuperado de una
depresión nerviosa, pero sin trabajo, salí del hospital para empezar una nueva vida. Salgo
a la calle para dar un paseo y sin darme cuenta estoy metido en una
manifestación de trabajadores que piden unión y libertad. En cuanto aparecen
los policías en caballos, se forma una discusión de trabajadores y policías, y
yo escapando de ellos sin saber el porqué, me escondo en una de las
alcantarillas de la calle, por lo que me toman como el líder y voy directo a
la cárcel
Por favor Maggie, ven a sacarme de aquí. Ven y vivamos
juntos. Allí en el campo sobra mucha mano de obra, vente conmigo a la cuidad. Cada vez hay más industrias y yo podría encontrar de nuevo un trabajo. Además los sindicatos
obreros están luchando para la mejora de vida y de trabajo de los obreros. La
industria textil está dando mucho éxito, principalmente la de algodón y tú
podrías trabajar aquí. Ahora es muy cómodo venir a la cuidad gracias a la nueva
máquina de vapor. Y cuando llevemos una temporada aquí, nos vamos a América. ¿Qué te parece?
Espero tu respuesta.
Besos.
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