Estamos a 20 de noviembre de
1917, según la Iglesia Ortodoxa. Hace menos de un mes que triunfó la
Revolución Rusa en la que los bolcheviques, liberados por Vladimir Lenin,
tomaron el poder mediante una revolución armada. El protagonista de estos días
nos ha concedido unos minutos de su apretada agenda.
John Reed.- Buenos días, señor
Lenin, soy John Reed, un periodista. Supongo que se sentirá nervioso tras la Toma
del Palacio de Invierno. ¿Cómo está viendo esta situación?
Lenin.- Buenos días, señor Reed.
Gracias por hacerme esta entrevista. La verdad es que, como usted dice, estamos
viviendo una situación crítica y me siento bastante nervioso ante las
consecuencias.
J.R.- ¿Tiene usted miedo a sus
opositores?
L.-La verdad es que los grupos
opositores tales como los mencheviques, los zaristas defensores de Nicolás
II y los anarquistas seguidores de las doctrinas de Bakunin, no creo
que se queden mirando mientras tomamos el poder.
J.R.- ¿Cree que son un peligro
para usted?
L.- Posiblemente se producirán
ciertos brotes de violencia y aunque el
ambiente esté caldeado, no creo que llegue a más.
J.R.- ¿Cómo será el nuevo
gobierno?
L.- El nuevo gobierno se
organizará en soviets y la política, en general, se basará en las ideas
que Karl Marx plasmó en su obra junto a Friedrich Engels que he
corregido para adaptarlas a nuestro país y luego he recogido en mis Tesis de
Abril. Éstas se pueden resumir en el eslogan “Pan, Paz y Libertad”.
J.R.- ¿Por qué no quiso usted que
Rusia se uniese a la Entente?
L.-Bueno la verdad es que nuestro
país estaba atrasado, tanto en la política como en la economía y teníamos un
ejército muy débil, es decir, que teniendo tantas desventajas lo que tenía que haber hecho el zar, era mantenerse
al margen y no haberse puesto en contra de la Alemania de Guillermo II.
J.R.- Bueno, veo que se siente
muy resentido con este tema, me imagino que después de la revolución de febrero
usted se seguía sintiendo insatisfecho, ¿o me equivoco?
L.- ¡Ha dado en el clavo!,
después de que Kerensky estableciese su gobierno provisional cometió un error al dejar que Rusia siguiese
en la guerra.
J.R.- Por la participación en la insurrección de julio fue
detenido, ¿por quién?
L.- En efectivo, por esa participación fui
detenido por el Gobierno Provisional, y junto con Trotsky, nos
recluyeron en “Krestý” antes de desterrarnos a Siberia.
J.R.- ¿Y qué me dice sobre la guerra
ruso-japonesa?
L.- Las ganas de seguir expandiéndose provocaron
un enfrentamiento en 1904 con Japón, produciendo una derrota muy humillante.
J.R.- Al terminar esta guerra, en
1905 fue exiliado, ¿por qué motivo?
L.- Al terminar esta guerra,
surgió en Rusia un estado de hambruna en la población, por lo que nos revelamos
en la revolución de 1905 y tras
fracasar fui exiliado veinte años a Siberia por apoyar al bando de los
bolcheviques.
J.R.- Si fue exiliado por veinte
años, ¿cómo es que está aquí?
L.- Pues mire don John, en 1910
emigré a Paris.
J.R.- También tengo entendido que
usted creía que Rasputín tenía dominados al zar y la zarina.
L.- Sí, Rasputín tiene fama de curandero y decía que podía curar la
enfermedad de Alexis, el de ambos. Pero por encima de esto también tenía
dominados al zar y a su esposa, utilizando la magia.
J.R- Y ya para terminar, una
última pregunta ¿qué resaltaría de la vida de Stalin?
L.- Pues mire, el señor Stalin
abandonó el seminario en 1899 justo antes de sus exámenes finales y el 1 de mayo de
1900 organizó la primera manifestación de masas, reuniendo a 500
obreros en los alrededores de Tiflis con banderas rojas y retratos de Marx y Engels.
Esto llamó mucho mi atención y en agosto de 1900 envié a uno de mis iskristas a Tiflis para
impulsar la difusión del periódico que debía conducir a la reorganización del
Partido. Trabajó durante diez años con los movimientos políticos clandestinos
en el Cáucaso, sufriendo repetidos arrestos y exilio a Siberia,
entre 1902 y este año.
J.R.- Muchísimas gracias señor Lenin, le agradezco que me
haya concedido estos minutos.
L.- De nada señor Reed, otro día, cuando ya esté todo más
organizado, le cuento más cosas con más detalles. Hasta otro día
J.R.- Adiós, me alegro de haberle conocido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario