martes, 19 de marzo de 2013

Diario de Hitler


Se acerca el fin. Y no solo el del III Reich. No entiendo porque hemos acabado perdiendo esta guerra. Pero creo que ha sido por la incompetencia de los soldados alemanes, que no han sabido defender la esvástica alemana. Esta época se me ha pasado muy rápida desde el putsch de Munich y mis comienzos en la política todo ha pasado muy rápido. Pero cada vez que me acerco al inevitable final las horas se pasan más lentas. En estos momentos Churchill, Roosevelt y Stalin deben estar pensando en cómo repartirse Alemania, tal y como hicieron en Yalta. Tan solo espero que se castigue con la misma dureza a esos traidores, como Himmler que han huido dejándome rodeado en este bunker ante mis rivales. Ese traidor me recuerda a gente sin honor como Rommel y Stauffenberg cuando intentaron asesinarme, pero esos ya recibieron su merecido en su día. De Rommel tan solo tengo una cosa buena que decir y es su labor en Etiopia y el ejército África Korps. Pero Stauffenberg es una vergüenza para la sociedad alemana. Todas esas personas parecen clones de aquel traidor llamado Hess al cual espero que lo hagan sufrir mucho. Traicionar al Fuhrer por esos ingleses es lamentable. Menos mal que tengo a mi lado a Eva y a Blondi, que en esta vida es de las pocas cosas que me han hecho realmente feliz.
No me arrepiento de nada de lo que he hecho, pues considero que con mis acciones he liberado a Alemania de muchos problemas y he conseguido liberar al país de dos lastres para la sociedad como los judíos y los gitanos, ya que son dos razas sin ningún tipo de valor y lo único que hacen es empeorar la vida de los ciudadanos alemanes. Según los hemos ido eliminando el país ha mejorado y hemos ido creciendo. Todo lo que hemos hecho con ellos desde Auschwitz hasta Odessa ha sido totalmente merecido y justificado. A medida que los eliminábamos nuestra gran raza aria se iba expandiendo y demostrando que somos la raza superior, a pesar de que en esas malditas olimpiadas de Berlin los americanos nos superasen claramente en diversas cosas, pero esos no eran verdaderos alemanes.
Pensar que todo nos fue tan bien al comienzo de esta guerra y ahora lo hemos perdido todo. Europa era nuestra. Austria se convirtió en una de nuestras regiones tras el Anschluss, me paseaba por Paris y lo hubiese hecho por cualquier ciudad, y si alguien se hubiese entrometido lo destruiríamos. Y ya no nos queda nada. He sido derrotado por esos comunistas que intentan impartir una serie de normas para un pueblo débil. Si hubiesen derrotado en Rusia a sus tropas me habría coronado como el rey del mundo. Estuve tan cerca de eso. Y ahora estoy a pocas horas de mi muerte.
Solo Dios sabe lo que le sucederá al resto de hombres de las SS que han sobrevivido a esta serie de infortunios que han asolado al país. Quizá debería haber ganado la SA en la noche de los cuchillos largos, así podrían haber defendido al país mejor de lo que lo han hecho estos. Goebbels ya me ha informado de sus planes y me parece lo más lógico. La idea de Goring me parece absurda. Y pensar que ese hombre era el jefe de la gran Lutwaffe alemana y uno de mis mejores hombres. Que equivocado estaba.  Lo cogerán y le obligaran a confesar todo lo que ha hecho. No es un hombre de honor, porque lo confesara todo, suplicando por su vida. Eso no es propio de un miembro del partido nazi, pues se muestra debilidad.
Llegado el momento, que cada elija la forma de morir que mas le plazca. Pero los que desean huir se enfrentan a un inevitable destino como la muerte. Los rusos son demasiados y vayan adonde vayan verán una tropa de ellos. Esos malditos comunistas liderados por arrogante y débil líder Stalin. Se creerá importante por tener una ciudad a su nombre como Stalingrado y sentirá envidia porque la ciudad mas ilustre de Europa es Berlín.  Pero pensándolo mejor, prefiero que el tenga una ciudad antes que ese Lenin y su estúpida Leningrado, una ciudad para débiles. El nunca conseguirá lo que yo he conseguido. Tan solo deseo que reciba su merecido. Pero no solo él. Todos los que se me han opuesto deben ser eliminados y castigados por no seguir al líder más grande que haya existido. Al hombre que estuvo más cerca de ser el rey del mundo. A la única persona que se atrevió a romper el Tratado de Versalles y desafiar a los demás líderes europeos como Chamberlain y De Gaulle, que se quisieron enfrentar a mi pero no sabían a lo que se enfrentaban, al país más poderoso del mundo. Al final lo que escribí en el Mein Kampf se ha cumplido y conseguí todo lo que me propuse. Cualquier ciudadano alemán se debería sentir orgulloso de mi, pues he sido el líder que ellos buscaban para poder llevar a Alemania a la cima del mundo económicamente y territorialmente. He conseguido hacer más de lo que hubiese hecho el inútil de Hindenburg. Los ciudadanos alemanes deben sentirse aliviados de que yo fuese el vencedor en las elecciones de 1933, porque si no se hubiesen visto en un país de cobardes que se hubiera sometido a cualquier tipo de poder de otros países.
No sé en qué situación están el resto de mis aliados. De Mussolini, se lo que han hecho con él y no dejare que hagan lo mismo conmigo. Pero de Franco, Hirohito y de Pétain no sé nada. Solo espero que a ellos les vaya mejor que a mí y así puedan continuar por el camino político correcto, pues ellos son los únicos que tienen uso de razón en la política. De Franco solo tengo buenas palabras pues ha sido un gran apoyo, tanto al aportarnos tropas como a ayudarnos en la búsqueda del santo grial. De Pétain lo mismo, ya que me ayudo en Francia y también ayudo al país con su régimen de Vichy. Y de Hirohito creo que esta en una buena situación de tras derrotar a Estados Unidos en la batalla de Pearl Harbor. Solo espero que si los derrotan nos apoyen y nos libren de esos rusos que intentan destruir el reino alemán.
Mi reino se desmorona. Y yo no puedo hacer nada para evitarlo. Cada vez más siento a los rusos más cerca. Los bombarderos se escuchan a kilómetros de aquí. Calculo que deberán escucharse desde la guarida del lobo. Esto es lo más parecido a Dresde que hay. Desde que empezó esta guerra los aviones no han hecho más que derribarnos. Primero en aquella batalla de Inglaterra cuando inexplicablemente perdimos ante los ingleses. Si hubiésemos ganado ahí toda la guerra hubiera cambiado. Todo tirado a la basura por algunos hombres. Ya no se en que pensar pero durante todo este tiempo relatando mi final, las horas se han pasado muy lentas. Quizá debería suicidarme ya y así acabar con este sufrimiento. Siguen insistiendo en que huya, pero ¿y si me cogen? Recibiría todo tipo de torturas de los rusos y después de que me maten me exhibirían como un trofeo. No pienso permitirlo. Me quemare para evitar futuras exposiciones y burlas hacia el Fuhrer. Se acerca el fin. Mis últimas palabras recogidas quedaran en este diario y pasaran a la historia. No sé qué hará el que me sustituya pero seguramente se rendirán ante los demás. Yo no contemplaría eso, pero si esa es la solución final, que creo que será así, deberán afrontarlo como unos cobardes.
Esta ha sido mi última entrada en mi diario junto a mi secretaria Traudl. Espero que a ella le vaya mucho mejor que a los demás y consiga escapar de los rivales

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