martes, 19 de marzo de 2013

Diario de Hitler.


28 de abril de 1945.
Esto no marcha bien, pero creo que todavía tenemos posibilidades de ganar esta guerra por eso nunca abandonaré Berlín. Nunca estuve de acuerdo con ese Tratado de Versalles, todo empezó ahí, por culpa de los Aliados  después de la Primera Guerra Mundial, Alemania se encontraba en una  República, exactamente la de Weimar. Esa república era una vergüenza para una potencia que llegó a ser una de las mejores del mundo. Todavía recuerdo lo que sucedió el 8 de Noviembre de 1920, se convocó una reunión de las personalidades políticas más distinguidas de Alemania, en medio de la reunión, intenté dar un golpe de estado en Múnich que le arrebataría el poder a la república demócrata, entré  junto a Goering y 25 miembros del partido debidamente armados, me paré en una silla disparé al aire y caminé hacia la tarima de oradores y dije “¡La revolución Nacional ha comenzado!“, lástima que ese golpe de estado fracasara. Después me condenaran a 5 años de prisión, aunque si mal no recuerdo solo cumplí 9 meses. Mientras estuve allí encarcelado escribí “Mein Kampf” (Mi Lucha), en donde redacté mis ideologías de odio a los judíos y a las demás razas inferiores,  además exalté mi amor por Alemania. Gracias a toda mi campaña publicitaria y a los adelantos tecnológicos, en las elecciones de 1933, por fin llegué al poder, se lo quité de las manos a Himderburg, nada más tomarlo mandé a incendiar Reichstag  e instauré una dictadura nazi eliminando el resto de los partidos e imponiendo la esvástica como firma del partido nazi. Declaré a Núremberg  ‘’Ciudad de los Congresos Partidarios del Tercer Reich’’, a partir de ese entonces nos reuníamos en el Campo Zeppelín durante una semana, alrededor de 500.000 nacionalsocialistas de todo el Reich acudían. Luego llegó esa noche, la noche de los cuchillos largos, una crisis política en la que las dos milicias, la CCS y la SA, luchan entre ambas y terminó ganando la CCS. Más tarde dicté las leyes raciales de Núremberg, en las que por fin los judíos iban a ser tratados como lo que eran, una raza inferior a la alemana.  También recuerdo cuando se celebraron las Olimpiadas de Berlín en 1936, cuando pretendían que le diese una medalla a un negro norteamericano que ganó un juego, ese no debería ni siquiera haber participado en esa competición. En 1938, el Anschluss supuso la incorporación de Austria a nuestra Alemania nazi, como una provincia del III Reich. Luego la anexión de Sudetes, en la que intentamos invadir Checoslovaquia y ellos nos respondieron con la Conferencia de Múnich, un acuerdo en el que me dan todo lo que pido para no desatar la 2º Guerra Mundial. En la noche de los cristales rotos, se les dio a los judíos lo que se merecían, los nazis fanáticos destrozaron los escaparates de las tiendas de los judíos, quemaron sus casas y muchos murieron, no solo murieron judíos sino también gitanos. En 1939, recuerdo que comenzó la 2º Guerra Mundial, cuando París es conquistada por nosotros, recuperé lo que nos pertenecía y nos habían quitado en el Tratado de Versalles, Alsacia y Lorena, en esos tiempos conseguí que Francia se dividiera llegando a un acuerdo con la Francia de Vicky para que no se les molestase durante la 2º Guerra Mundial y De Gaullo se exilió en Inglaterra para unirse a los Aliados, porque él pensaba seguir luchando contra nuestro poderoso ejército. En 1940, hubiese tenido la guerra más que ganada si no hubiésemos fracasado en la batalla de Inglaterra, no entiendo como pudimos fallar porque esta es la única que nos hacía frente y nosotros contábamos con una tecnología  muy avanzada e incluso inventamos el cohete V2. Pese a tener a Thomas Mamn, un científico importante, no conseguimos lograr la bomba atómica. Luego en 1941, la guerra nos iba tan bien que decidí atacar la U.R.S.S. por sorpresa, llegamos hasta Leningrado, en donde murieron rusos debido a la hambruna. Japón era mi aliada bajo el poder del emperador Hirohito y en diciembre de 1941 decidió atacar por sorpresa una base marítima de EE.UU., Pearl Harbour. Esto en realidad no fue muy buena idea puesto que provocó la entrada de EE.UU. en la guerra. En la batalla de Stalingrado, en el sur de Rusia,  en 1942-1943 empezó a irnos la guerra mal, empezamos a retroceder, aunque yo no perdía la esperanza, todavía podíamos ganar la guerra. Tras el estallido de la guerra y la invasión nazi que emprendí en la U.R.S.S., Stalin decidió mejorar las relaciones con sus aliados occidentales, disolver la Komintern en 1943. En 1944, se produce el desembarco de Normandía, en el que EE.UU. desembarca en Francia para intentar eliminar la presencia nazi en este mismo país.

29 de abril de 1945.
Pobre Mussolini, mi gran aliado en la Italia fascista, no me gustaría terminar como él, que perdió su poder, fue capturado, juzgado, y asesinado rápidamente junto con su amante y encima sus cuerpos fueron exhibidos colgados boca abajo en un puente, ya que los otros partidos no aceptaban la de él e inauguraron la República de Saló. Nunca entenderé el porqué el Papa Pío XII organizó gestiones para salvar a judíos siendo él, el que tiene el máximo poder del cristianismo en el mundo puede salvar a ese tipo de personas. Hace nada, en febrero de este mismo año, se produjo el bombardeo de Dresde, en el que murieron alrededor de 35.000 personas en una noche. En la Conferencia de   Yalta, en febrero también, se reunieron Churchill, presidente de Reino Unido (sustituto de Chamberlain); Roosevelt, presidente de EE.UU.; y Stalin, presidente de la U.R.S.S., para tratar de derrotarme, pero yo confiaba en que iban a pelearse los gobernadores de EE.UU. y  Reino Unido contra Stalin e iban a negociar un acuerdo conmigo, pero creo que ya es demasiado tarde y todavía no han negociado nada conmigo. La verdad es que yo quisiera entender el porqué ellos no entienden mi  solución final, en que todas las razas inferiores a los alemanes por fin se extingan o nos sirvan a las razas superiores. Yo me he ocupado bastante de ellos, los he llevado a distintos campos de exterminio como el de Treblinka, otros a campos de concentración y otros muchos simplemente fusilados, creo que esta matanza la denominan  Odesa.

30 de abril de 1945.
 Acabo de sacrificar a mi perrita  Blondi, me da lástima ya que cuando me trasladé al  bunker me la traje conmigo, pero no me quedaba otra opción. También me he casado con mi amante Eva Braum, una mujer hermosa de raza aria, porque hemos pasado muchas cosas juntos, y ya estamos en nuestras últimas horas de vida y queríamos morir como marido y mujer. Ahora me despediré de todas esas personas que no me han traicionado como mi fiel Guebbels, su mujer y sus hijos, que han hecho que me sienta parte de su familia, al contrario que Himbler que ojala que lo encuentren los soldados de la U.R.S.S. y lo castiguen por traicionarme. También se podría considerar un traidor a Rudolf Hess por ir a Inglaterra en una avioneta a negociar un tratado de paz sin mi mandato. Franco dirige una dictadura en España, es muy amigo mío, pero no se quiso arriesgar a participar en la Segunda Guerra Mundial, por lo que permaneció neutral, él seguramente no tendrá el mismo final que yo. Y pensar que sobreviví en la guarida del lobo al complot que se tenían varios militares para asesinarme y el responsable de todo fue Stauffenber  quien lo iba a imaginar, y ahora estoy aquí a punto de suicidarme porque esta guerra ya está perdida y no puedo hacer nada más por ella, tampoco me puedo permitir que los rusos capturen mi cuerpo. Todo lo que he logrado incluso la mayoría del Partido Socialdemócrata que utilizó los instrumentos represivos del Estado para controlar a la clase obrera y reprimir a los comunistas alemanes.
Así me despido, me considero un héroe y así lo pensaré siempre y me gustaría que mi cuerpo  y el de mi mujer fuesen incinerados para que no encuentren nuestros restos y experimenten con ellos. Al fin y al cabo la búsqueda tan intensa del Santo Grial no sirvió de mucho puesto que este iba a ser mi final. Pero lo más importante de todo que he cumplido con mi objetivo, llevar a las razas inferiores a la casi extinción y mostrar al mundo nuestra superioridad y de todo de lo que somos capaces a pesar de que hayamos perdido. 
Adolf Hitler

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